Básicamente, existen tres divisiones fundamentales:
- Iluminación general: Es la luz que permite ver y desplazarse por un cuarto, sin molestia de sombras o zonas más o menos iluminadas, y que generalmente utiliza un punto de luz por encima del ojo, colgando del techo o de pared. Cuando se planifica la iluminación general hay que tener cuidado de no generar zonas de sombras o contrastes muy marcados.
- Iluminación puntual o focal: Es un tipo de luz más viva y centrada que tiene por objeto iluminar un área de trabajo o actividad. La mayoría de las veces es un buen complemento de la decoración y acompaña a la luz general, pueden ser lámparas de pie o de mesa, apliques de pared, entre otras. La relación entre luz general y puntual se debe complementar buscando un equilibrio, sin molestia de sombras o contrastes violentos. Evitar por un lado el deslumbre y por otro la excesiva proyección de sombras.
- Iluminación de ambiente o de exposición: Es un tipo de iluminación más teatral, orientada sólo a crear un cierto ambiente. Este tipo de iluminación puede estar dada por un efecto particular en la forma de colocar las luces o por lámparas de pie o mesa.
- Iluminación decorativa: Se utiliza para realzar detalles arquitectónicos o iluminar especialmente un objeto. Se utiliza, por ejemplo, para iluminar un cuadro, escultura o una planta.
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